Sofía tiene el Síndrome de Sturge Wever y aunque le ha costado más que a otros niños, ella consigue también sus metas.

Han sido muchos años de angustia, desesperación y sobre todo de sufrimiento el ver cómo nuestra niña ha pasado por crisis epilépticas y demás ingresos hospitalarios en los que decías “Dios mío, que me pase a mí, no a la niña de mis ojos.

Los años van pasando y ahora recuerdas todas las terapias, logopedas, psicopedagogas y un sinfín de consultas médicas, pero ella siempre está con esa sonrisa que hace que cada día estemos más orgullosos de ella.

Ahora hemos encontrado una asociación y no nos encontramos tan solos ante esta enfermedad.
Gracias a la Asociación Española Síndrome de Sturge Weber por esa maravillosa labor que están haciendo.
A nuestros amigos que entren en la página para que vean todo lo que hace la asociación.

Sofía lleva una vida prácticamente normal y es la alegría junto con su hermano Javier de nuestras vidas y nuestro mayor orgullo.
TE QUEREMOS PRINCESITA.